El actor Carlos Areces -reconocido coleccionista de cómics- ha sido el maestro de ceremonias de un acto que ha despertado una notable expectación, y en el cual ha reivindicado la trascendencia cultural de autores como Ibáñez: "La historia del arte ha olvidado el arte popular, este no se encuentra en los museos. Y me parece injusto porque, a nivel popular, el impacto de Mortadelo y Filemón es infinitamente mayor que el de cualquier cuadro que cuelgue del Prado".

Areces ha mantenido una larga conversación con Ibáñez -a quien ha definido como "el autor de cómic en lengua castellana más importante de todos los tiempos y el que tiene más obra publicada-, en la cual han recordado sus inicios en el mundo de la historieta y numerosas anécdotas. Con su habitual sentido del humor, Ibáñez ha confesado que "creo haber empezado a dibujar en una pared muy rugosa, recreando mamuts y dinosaurios". Ibáñez y Areces mostraron al público el primer dibujo publicado por Ibáñez cuando era un niño y por el cual ganó cinco pesetas, "que entonces era una verdadera fortuna, todavía estoy viviendo de sus réditos".

La elección del nombre de sus personajes, el frenético ritmo de trabajo que imponía la editorial Bruguera o sus conflictos con la censura han sido otros de los temas abordados en la charla.